May 12, 2020
Hay muchas razones que te llevan a emprender: la libertad,
cumplir un sueño, alcanzar una meta...
Detrás de cada proyecto de emprendimiento, siempre hay una buena
historia. Las hay con final feliz y simplemente con final, porque
sea como sea, emprender siempre merece la pena. ¡Por suerte,
nuestra aventura acaba de empezar!
Hoy, comparto con vosotros la historia de cómo mi mejor amiga y yo
nos embarcamos en un gran proyecto de emprendimiento. Una historia
que comienza mucho antes de que yo, Bea, me topara con la kombucha
por primera vez. Empieza desde el día en que conocí a Nuria, mi
amiga, casi hermana y ahora socia. Juntas hemos creado Komvida, un
proyecto que empezó siendo un sueño de dos chicas y que ahora forma
parte de la vida de un equipo de personas maravillosas que sienten
nuestro sueño como suyo. ¡Pero eso es remontarse al presente y
adelantarse mucho a los acontecimientos! La historia que hay detrás
está llena de aventuras, aprendizajes, amistad, amor... y desde
luego, merece ser contada.
Hoy vamos (y voy) a tener la suerte que una de las personas más importantes para mí sea quien os cuente la historia de cómo nació Komvida. ¡Adelante, Nuria!